IAM se transformó en sociedad anónima abierta y restringió su objeto social, el cual quedó delimitado a la inversión en acciones de Aguas Andinas y la prestación de toda clase de asesorías, consultorías y servicios relativos a la transferencia tecnológica y know-how, asistencia técnica, administración de negocios y proyectos, en especial, los relacionados con la gestión y operación de negocios relativos al giro sanitario. En noviembre de ese mismo año, se efectuó la apertura a la bolsa de IAM, colocándose un paquete de acciones correspondiente al 43,4% de su propiedad. Producto de esta operación, se incorporaron nuevos accionistas a la sociedad, y Agbar se mantuvo como el único controlador con el 56,6% del patrimonio.